miércoles, 21 de octubre de 2009

El Realismo en Colombia

EL REALISMO

El Realismo surge en Francia hacia 1830 como reacción contra el Romanticismo y alcanza su plenitud cerca de 1850.
El Realismo pretende la reproducción exacta, completa y sincera del ambiente social de la época . Su aparición coincide con el auge de la burguesía (clase dominante del siglo XIX , el aumento de la población urbana , la industrialización y el reconocimiento del proletariado , Recoge las propuestas del Carlos Marx (sicialismo) y de Darwin (evolucionismo) es decir, positivismo contra el idealismo.
El Realismo surge, pués, ciuando los escritores deciden tratar la realidad "reflejarala objetivamente". Para ello se basa en la observación que les permite realizar descripciones minuciosas y exactas de ambiente y personajes.

CARACTERÍSTICAS
1. Su prosa en sencilla, fácil de entender .
2. Se documenta en la realidad.
3. Uso de la crónica.
4. Hace historia del presente
5. Se distancia de lo que cuenta , prescinde de los juicios de valor.
6. Busca la objetivdad fotográfica .
7. Describe a los personaaojes física y psqicamente.
8 Busca cambiar la sociedad, la imposición social. ´
9. Crítica d ela sociedad aristocrática y retrato de la sociedad burguesa naciente.
10. Pone bajo la mirada las ciostumbres de los grupos sociales
11 La descripción de la naturaleza no es ajena al cuadro descriptivo de la nueva sociedad
11. Crítica del poder : quienes gobieranan y cómo lo hacen
12. Atención a una teoría del historia ya al funcionamiento del sistema capitalista.

Piensa en obra literarias que has leído hasta el momento : Cuál de ellas se aproxima a este tipo de escrito. Explica tu respuesta.

El Realismo en Colombia

Surge paralelamente con el Modernismo . Identifica los principale problemas sociales y políticos de la época: el caudillismo y el semifeudalismo. Estos escritores buscan personajes que ilustren las desigualdades en todos los estratos sociales. El vehículo para persuadir al lector es la descripción de episodios críticos.
La novela de nuestro realismo no es copista;por eso podemos hablar de un realismo social y realismo crítico

Marco Histórico
El ralismo comienza a manifestarsse entre nosotros hacia 1880, es decir cuanbdo se oprganizan las repúblicas, se dan las guerras civiles de fin del siglo y la separación de Panamá
Actividad pag. 149 Señales 8 El padre CasaFÚS.

MAESTROS DEL REALISMO
1. Tomás Carrasquilla
2. José Eustacio Rivera
3. José Antonio Osorio
4. Eduardo Zalamea Borda
5. Manuel Mejia Vallejo
6. Manuel Zapata Olivella Eduardo caballero calderón
7. Fernando Soto Aparicio

Consultar las biografías de estos autores para ser expuestos en clase.

En Colombia, estudiaremos tres momentos:
El Costumbrismo, en donde se atenderá a los tipos regionales.
Un realismo Social, en donde se describirán no solamente las costumbres de los distintos grupos sociales , sino la manera acomo el poder y la violencia impidieron el desarrollo de un estado equitativo y justo.
Un Realismo Mágico , en donde la naturaleza sigue jugando un papel primordial ,junto con la caracterización de una cultura propiamente colombiana y en especial caribeña.

El Costumbrismo
Piensa en las costumbre más arraigadas de tu familia, aquellas que proviene de tus abuelos y de los antepasados de ellos. ¿Cuáles de ellas tienen un significado especial para tí y explica el por qué.

El Costumbrismo surge en el siglo XIX en España como un cuadro descriptivo , en el que se crean escenas y tipos representativos de determinados estilos de vida.
El Costumbrismo nace como una preocupación por lo nacional y lo social. Su sentido es crítico frente a las costumbres más arraigadas de cada pueblo . Su objetivo es la pintura filosófica , festiva y satírica de las costumbres folclóricas y populares de un individuo, de una familia o de una región por medio de la pala bra .

Caracteristicas:
- Predominio de la descripción frente a los diálogos
- Propósito didáctico, moral o político
-Temática relativa a la descripción de tipos de lugares y el entorno social
- Prosa regional y local
- Estudio pintoresco de la cotidianidad provinciana y rural.
- Lenguaje convencional y academicista.
- Busca defender la tradición frente al influjo extranjero.
- Lucha contra la unioformidad de una naciente socieda industrial.
- Se proiyecta hacia un realismo social
- Analiza los rituale cotidianos de la vida rural.

El Costumbrismo en Colombia
Fue demasiado local , con mayo r acento conservador e hispanista. Fue cultivado por terratenientes cultos que no se decidían a ser verdaderamente literatos, sino que en sus ratos de osio liberarban sus aficiones o ilusines, escibiendo artículos, crónocas y muchas veces novelas que revelaban su visión peculiuar de las relaciones socio-laborales del mundo rural , de su sentir histórico.
El costumbrismo colombiano se dedicó a mostrar los rasgos externos de la sociedad, al pintar las costubres , se hacía resaltar lo ridículo con el fin de satirizar, hacer la burla, moralizar o dejar la posteridad las acaracterísticas simpáticas de una época.
Con e l costumbrismo se desarrolla en Colombia el periodismo y el deseo de conocer el país artístico, folclórico e histórico . Para acercarse a lo nacional y polpular , fijaban al visión en el detalle de una sociedad urbana e industrial naciente.
El costumbrismo defiende al lhombre del campo y del apaisaje y critica las condiciones de vida de las naciones jóvenes.
Actividad.
Leer un fragmento del Moro, una de las obras más representativas del Costumbrismo . Identifica en el texto, los elementos propios del Costumbrismo literario (Señales 8 pag. 113.)

Maestros del Costrumbrismo
1. Jose´Manuel marroquín
2. Eugenio Díaz Castro
3. Eustaquio Palacios
4. Jose´María Vergara y Vergara
5. Luis Segundo Silvestre.

Actividad.
Consulta
a. La biografía de los anteriores autores y elabora un album de escritores costumbristas.
b. ¿Qué fue El Mosaico'?
c. ¡Que diferencia hay entre un cuadro de costumbres y una novela costumbrista?
d.Rescata de tu familia, localidad o región las costubres que creas que deben conservarse. Escribe una colección de breves cuadros de costumbres, ilustrala para una exposción

lunes, 12 de octubre de 2009

EL FRENTE NACIONAL
El Frente Nacional empezó a crearse poco antes de que el general Gustavo Rojas Pinilla presentara su renuncia al cargo de Presidente de la República. Una vez acontecido esto, el poder del Estado quedó en manos de la Junta militar, nombre que se le dio al grupo de generales que se comprometieron a gobernar hasta el 7 de agosto de 1958, fecha en que culminaba el período de gobierno del general Rojas.
Se citó a los colombianos para que votaran a favor o en contra ? por medio de un plebiscito nacional? de nuevas reformas a la Constitución, así como para que votaran por la creación del Frente Nacional, todo con el propósito de superar la honda crisis que agobiaba al país, pues Colombia vivía uno de los momentos más violentos de su historia, lo que hizo que los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, buscasen soluciones conjuntas que lograsen culminar en acuerdos políticos que permitieran traer al país un clima de paz y de desarrollo económico.
Antes de la caída de Rojas Pinilla, las bases del Frente Nacional se comenzaron a definir en la ciudad española de Benidorm tras las reuniones y encuentros que sostuvieron Laureano Gómez (en nombre del Partido Conservador) y Alberto Lleras Camargo (en nombre del Partido Liberal).
Luego de la designación del a Junta Militar, los conservadores y liberales vieron que el sueño de crear el Frente Nacional estaba cerca, razón por la cual se reunieron de nuevo en España ?esta vez en la población de Sitges? para definir algunos puntos de acuerdo fundamentales así como unas reglas a seguir. Se tenía claro que el objetivo principal del Frente Nacional era conseguir la paz del país y lograr acabar con los numerosos grupos armados fuera de la ley que operaban en el territorio nacional.
Los acuerdos a los que se llegó para crear el Frente Nacional fueron los siguientes:
· Paridad entre liberales y conservadores para ocupar los distintos cargos de la administración pública.
· Alternar el cargo de Presidente de la República durante un período de dieciséis años (dos Presidentes liberales y dos conservadores).
· Buscar la manera de acabar con el odio y la violencia entre los dos partidos, violencia que, tan sólo durante la década de 1950, ya había acabado con la vida de miles de colombianos.
Una vez aprobado el plebiscito nacional (efectuado el primero de diciembre de 1957), y definidos, aclarados y convenidos los principales puntos de consenso y acuerdo entre los partidos, nace finalmente el Frente Nacional, el cual estaría signado por dos características primordiales: alternación y paridad.
La alternación hacía referencia al cambio obligatorio de filiación política del Presidente de un período a otro; es decir, debería haber un Presidente de diferente partido cada cuatro años, mientras que la paridad hacía referencia a la igualdad de participación de los dos partidos en los puestos del Gobierno.
Por acuerdo, se escogió al liberal Alberto Lleras Camargo para que, en 1958, se convirtiese en el primer Jefe de Estado colombiano elegido durante el periodo de vigencia del Frente Nacional, con lo cual a Lleras Camargo le correspondió iniciar la recuperación del orden, la paz y la seguridad de la nación.
Su administración afrontó problemas de desempleo y de violencia, así como un exagerado crecimiento urbano debido a la migración de miles de campesinos; al mismo tiempo, hubo un notorio incremento en la aparición de movimientos insurgentes, tanto en Colombia como en Latinoamérica, lo que condujo a que se celebrase una reunión en Punta del Este (Uruguay) entre los Presidentes latinoamericanos (con excepción del de Cuba, Fidel Castro) y el Presidente de Estados Unidos, reunión que pretendía atacar el problema por medio de la implantación de políticas para contener la miseria y el analfabetismo a través de un programa de cooperación llamado "alianza para el progreso", liderado por el entonces Presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy.
Guillermo León Valencia , de filiación conservadora, asumió el poder en 1962. Valencia le dio continuidad a los planes de gobierno de Lleras, pues intensificó la construcción de vivienda y la electrificación rural; además, aumentó las exportaciones de café y petróleo, lo que permitió que se diese una recuperación económica significativa. Con respecto a los movimientos insurgentes, Valencia hizo grandes esfuerzos por terminar con los focos de bandoleros y guerrilleros (uno de tales esfuerzos, el bombardeo a Marquetalia, daría origen a las FARC).
Durante el período presidencial de Valencia el liberalismo se fragmentó, lo cual hizo que apareciera el MRL (Movimiento revolucionario liberal). El líder del MRL, Alfonso López Michelsen, estaba en desacuerdo con las bases del Frente Nacional. Este movimiento desapareció luego de la derrota de López Michelsen en las elecciones presidenciales.
Así, la ANAPO (Alianza nacional popular) se convirtió en el principal partido de oposición al Frente Nacional. La ANAPO era liderada por el general Rojas Pinilla, quien sostenía que los dirigentes del Frente Nacional hacían parte de una misma oligarquía.
El siguiente turno, en 1966, fue para Carlos Lleras Restrepo, del Partido Liberal, quién se preocupó fundamentalmente por la modernización del Estado y por emprender cambios en las políticas económicas que permitieran el desarrollo del país. Dentro de estos cambios, los campesinos, por primera vez, fueron tenidos en cuenta, ello gracias a la creación de la Asociación nacional de usuarios campesinos (ANUC) y a que la reforma agraria recibió un gran impulso con el objetivo de entregar tierras a los campesinos. Otro asunto importante durante el gobierno de Lleras fue la reforma Constitucional de 1968, pues, desde el inicio de su período, Lleras había planteado la urgente necesidad de hacer reformas a la Constitución, reformas que fueron aprobadas por el Congreso. Tales reformas consistían en:
· Fortalecer el poder presidencial
· Incluir la emergencia económica como una situación de excepción que el Presidente de la República pudiera decretar.
· Prolongar por cuatro años el período de los Representantes al Congreso.
· Prolongar la paridad de liberales y conservadores cuatro años más después de acabado el Frente Nacional; es decir, hasta 1978.
En este período presidencial apareció un nuevo movimiento de oposición al Frente Nacional, el cual estaba conformado, en su gran mayoría, por estudiantes y obreros próximos a la izquierda: el MOIR (Movimiento obrero independiente revolucionario).
En 1970 asume el poder el conservador Misael Pastrana Borrero , quien fuera el último Presidente del Frente Nacional. Debió afrontar serios problemas de orden público por las acusaciones de fraude electoral que se le hicieron desde la ANAPO tras la derrota de Rojas Pinilla. Debido a esto, el sector más radical de la ANAPO, conformado esencialmente por estudiantes universitarios y obreros, decide integrar un grupo armado para intentar tomar el poder por la fuerza: el M-19 (Movimiento 19 de abril), nombre que hacía referencia al día en que se realizaron las elecciones presidenciales.
Al finalizar el Frente Nacional, en 1974, se presentaron como candidatos a la presidencia Álvaro Gómez Hurtado por el Partido Conservador, María Eugenia Rojas por la ANAPO, Hernando Echeverri por la Unión Nacional de Oposición y Alfonso López Michelsen por el Partido Liberal, quien, a la postre, resultaría triunfador por un amplio margen de votación. Respecto del gobierno de López cabe decir que, aunque el periodo del Frente Nacional ya había concluido, éste mantuvo la reforma Constitucional de 1968 y dio una participación equitativa a conservadores y liberales en su Gobierno.
Es evidente que los gobiernos del Frente Nacional se preocuparon por combatir la violencia y por neutralizar el auge de los movimientos insurgentes de izquierda, aunque sin mayores resultados, pues fue durante este periodo que aparecieron los movimientos guerrilleros más importantes, como es el caso de las FARC, el ELN y el M-19. También durante este periodo se intentó varias veces llevar a cabo una reforma agraria con el fin de repartir pequeñas parcelas a campesinos, pero el proceso fue lento y poco eficiente.
Sin embargo, el Frente Nacional logró uno de sus objetivos: disminuir los logros clientelistas; sin embargo lo hizo a un alto costo, pues, paradójicamente, fortaleció el clientelismo, lo que no hizo otra cosa que debilitar la democracia en el país y poner en duda la legitimidad de los procesos electorales.
En la Biblioteca virtual puede obtener más información sobre este tema en:
El Frente Nacional. Reformismo y participación política Artículo de Jorge Orlando Melo en el que estudia las políticas emprendidas por el llamado Frente Nacional.
Frente Nacional. Acuerdo bipartidista y alternación en el poder Texto de César Augusto Ayala Diago sobre los orígenes del Frente Nacional.
Creación del Frente Nacional Carta del doctor Alberto Lleras a los miembros del Directorio Liberal Departamental de Antioquia, acerca de la Declaración de Benidorm
Sobre Babel Reseña de Cesar Ayala sobre el libro La muerte del Frente Nacional, de Gerardo Bedoya Borrero.
Piedrahita Arango, Rubén Biografía de uno de los miembros de la Junta militar de Gobierno que asumió el poder transitorio después del mandato de Rojas Pinilla.
Ordóñez Castillo, Luis Ernesto Miembro de la Junta militar de Gobierno que asumió el poder transitorio después del mandato de Rojas Pinilla.
Navas Pardo Rafael Biografía de uno de los miembros de la Junta militar de Gobierno que asumió el poder transitorio después del mandato de Rojas Pinilla.
EL BOGOTAZO
Por Jorge Serpa Erazo Historiador y Escritor
Las esperanzas de una sociedad más justa terminaron con la muerte del líder que encarnaba las esperanzas de los más pobres.
Sobre el 9 de abril de 1948 se pueden escribir muchas cosas, pero sin duda las tres balas que segaron la vida de Jorge Eliécer Gaitán Ayala se convirtieron en el detonante que partió en dos la historia del siglo XX en Colombia
Pero, ¿qué significaba Gaitán en la sociedad colombiana para que ella reaccionara de la manera como lo hizo ante su asesinato? Nacido en Manta (Cundinamarca), Gaitán llegó a ser uno de los mejores penalistas y políticos de la época. Estudió en la facultad de derecho de la Universidad Nacional en 1925 y se graduó magna cum laude, en derecho penal en la Universidad de Roma. La astucia y habilidad política hicieron de Gaitán un verdadero caudillo que despertó admiración y se entronizó en el corazón de su pueblo. Fue el capitán del "país nacional" que se enfrentó valerosamente al "país político", señalando la politiquería, la corrupción, el fraude y el engaño como las plagas que carcomen a la Nación, oprimen al pueblo y no permiten progresar. Esta labor no sólo la realizaba en el Congreso de la República sino en la oficina de abogados que él tenía, lugar donde sucedería el magnicidio.
Al ataque
En la mañana de ese día, Juan Roa Sierra, un joven esquizofrénico que vivía en el barrio Ricaurte, salió de su casa sin bañarse ni afeitarse. Vestía un raído traje carmelita de paño rayado, zapatos amarillos rotos y un sucio sombrero de fieltro. A las 10 de la mañana se dirigió al centro de la ciudad, al famoso café Gato Negro, popular sitio de reunión de intelectuales, periodistas, poetas y bohemios, localizado a pocos metros del edificio Agustín Nieto, donde Gaitán tenía su oficina de abogado.
A las 9 de la mañana el caudillo llegó a su oficina. Hacia el medio día Roa Sierra se dirigió a la oficina del penalista. La secretaria, Cecilia de González, atendió la inesperada visita del extraño que solicitaba entrevistarse de inmediato con el jefe liberal. Al no ser atendida su petición Roa Sierra abandonó la oficina con muestras de altanería y desagrado, y se ubicó sobre la carrera séptima, cerca de la puerta del edificio.
Entre las 12 y la una de la tarde arribaron a la oficina Jorge Padilla, Alejandro Vallejo, Pedro Eliseo Cruz y Plinio Mendoza Neira, amigos personales de Gaitán. Hacia la una de la tarde Mendoza Neira invitó a los asistentes a almorzar al Hotel Continental: "Acepto, Plinio, pero te advierto que yo cuesto caro", contestó Gaitán. Al salir del ascensor Plinio Mendoza tomó del brazo a Gaitán y detrás siguieron Cruz, Padilla y Vallejo. En el momento que llegaron a la puerta del edificio, siendo la 1:05 de la tarde, Roa Sierra apuntó con el revólver a Gaitán, quien de inmediato se desprendió de Plinio y trató de regresar al edificio. En ese instante el homicida disparó tres veces sobre él. Apremiados por la inesperada circunstancia sus acompañantes buscaron un vehículo para llevarlo a la Clínica Central. Allí falleció cuando su amigo y médico Pedro Eliseo Cruz se disponía a practicarle una transfusión de sangre.
'El bogotazo'
Estupefactos, los transeúntes, loteros y lustrabotas del sector empezaron a gritar: "¡Mataron al doctor Gaitán!, ¡mataron al doctor Gaitán!, ¡Cojan al asesino!". Un cabo de la Policía capturó a Roa Sierra, lo golpeó y lo desarmó e ingresó con él a la droguería Granada cerrando la reja para proteger la vida del homicida. Cuando se le inquirió por las causas él respondió: "No puedo.son cosas poderosas que no puedo decir". Luego la turba enfurecida que se había formado en minutos sacudió la reja y la abrió. La muchedumbre ingresó y un lustrabotas le pegó con su caja de embolar en la cabeza. Roa Sierra cayó al piso. Lo sacaron de la droguería y sobre el andén lo masacraron.
La noticia de la muerte del jefe del liberalismo se difundió a todo el país. En Bogotá la turba que se había congregado frente a la Clínica Central bajó a la carrera séptima y engrosó la marcha macabra que se dirigía a Palacio. Al llegar a la carrera séptima con calle octava, desnudaron el cadáver de Roa y amarraron los pantalones a un palo para ser agitados como bandera revolucionaria mientras gritaban "¡Viva Colombia! ¡Abajo los godos!". En las otras ciudades del país la revuelta estalló en focos dispersos, parciales, en actitudes grupales o aisladas, pero reflejaban la situación de indignación del pueblo liberal.
Al llegar a Palacio los manifestantes arrojaron el cuerpo desnudo de Roa Sierra contra la puerta principal. De inmediato salieron del Batallón Guardia Presidencial 80 soldados al mando del teniente Silvio Carvajal y procedieron a dispersar a los manifestantes, quienes abandonaron el lugar replegándose hacia la Plaza de Bolívar.
Algunos grupos de revoltosos se congregaron en las esquinas bordes de la Plaza de Bolívar. Comenzaron los incendios en el sector; primero ardió el Palacio de San Carlos, luego la Nunciatura Apostólica, los conventos de las Dominicanas y de Santa Inés, la Procuraduría General de la Nación, el Instituto de la Salle, el Ministerio de Educación, la Gobernación de Cundinamarca, el Palacio de Justicia y los tranvías. A la par de los incendios se iniciaron los saqueos a los almacenes, joyerías y platerías.
A las 3 de la tarde salieron de la Escuela de Motorización (hoy Grupo de Caballería Mecanizado Rincón Quiñones), tres tanques de guerra y seis carros blindados al mando del capitán Mario Serpa rumbo a la Plaza de Bolívar. El capitán Serpa, para evitar el uso de las ametralladoras con que estaban provistas sus unidades blindadas, abrió la escotilla y trató de persuadir a los manifestantes para que se retiraran. En ese instante tres tiros hirieron mortalmente al capitán. De inmediato los tanques dispararon sobre la multitud.
Aunque el sector del Palacio Presidencial fue controlado por el Ejército, la autoridad en la capital desapareció. Los policías se sublevaron, apoyaron la revuelta, distribuyeron fusiles entre espontáneos francotiradores y, en la Quinta Estación, trataron de organizar con algunos líderes gaitanistas una junta revolucionaria para darle alguna dirección al movimiento insurgente y tumbar el gobierno de Ospina Pérez.
Hacia las 6 de la tarde llegaron a Palacio Darío Echandía, Carlos Lleras, Plinio Mendoza y Luis Cano. El presidente los recibió con sorpresa, pues él no los había invitado. Los dirigentes sugirieron que la solución era la renuncia del primer mandatario. Ospina les manifestó que eso provocaría una guerra civil, pues en el resto del país la situación estaba controlada, los gobernadores y alcaldes le respaldaban y las Fuerzas Militares adelantaban los operativos necesarios para restablecer el orden.
A medida que iban pasando los días la situación se fue normalizando: el 10 de abril Ospina nombró ministro de Gobierno al dirigente liberal Darío Echandía, el 11 de abril Laureano Gómez viajó rumbo a España, el 13 de abril se reanudaron la sesiones de la Conferencia Panamericana; en fin, la ciudad volvió a su tranquilidad y la violencia continuó, como fue habitual desde la década de los años, en las provincias y zonas rurales del país.
Qué cambió
Si después del asesinato de Gaitan Bogotá volvió a la normalidad, no hubo ningún cambio estructural en el gobierno ni en sus instituciones y la violencia partidista no nació a partir de este acontecimiento, ¿por qué el homicidio de Gaitán cambió la historia de nuestro país?
Porque su muerte recrudeció la exclusión y persecución política del contrario e hizo patente la crisis de legitimidad del Estado. La violencia que se generó en el campo provocó un desplazamiento masivo de la gente hacia las urbes, y fue de esta manera como las ciudades empezaron a tener asentamientos humanos subnormales conocidos como tugurios.
Los pobres de entonces engrosaron la clase media y los emigrantes y desplazados del campo formaron el estrato bajo e indigente que vive entre la penuria y el hambre. Esa nueva clase social, miserable y desposeída hasta de la esperanza, que sólo se tuvo en cuenta como un fenómeno migratorio, años más tarde sería otro factor de desestabilización que afectaría, al final del siglo XX, a toda la Nación colombiana.

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MASACRE DE LAS BANANERAS Diciembre 6 de 1928Sangre en la plantaciónLa muerte de un número indeterminado de manifestantes en Ciénaga por tropas oficiales se convirtió en un hito de las luchas obreras y un mito para la historia y las letras colombianas.
Por Mauricio Archila Neira *
Hace unos años escribí que tal vez no existe un hecho en la historia del país que sea tan doloroso y al mismo tiempo tan expuesto a los vaivenes de la ficción como lo ocurrido en Ciénaga, Magdalena, entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928. Hoy agregaría que quizá ha sido el evento más disputado en términos de la memoria colectiva, tanto que hoy sigue provocando pasiones en uno y otro lado del espectro político colombiano.
No acaba de suceder la masacre (así se designa técnicamente a todo acto de liquidación de más de cuatro personas en estado de indefensión) cuando ya se levantaban interpretaciones antagónicas y era claro que no habría consenso sobre lo que en efecto pasó en aquella aciaga madrugada. Antes de considerar algunos de los argumentos esgrimidos, establezcamos los principales hechos, hasta donde sea posible.
La empresa norteamericana United Fruit Company (UFC), creada en Boston en 1899, había llegado a la zona bananera del Magdalena a comienzos del siglo XX. La mayoría de los trabajadores de sus plantaciones eran vinculados indirectamente por medio de contratistas. Por ello nunca se pudo precisar su número exacto, pero se habla de una cifra que oscilaba entre 10.000 y 30.000. El 12 de noviembre de 1928 uno de los sindicatos que funcionaba en la región lanzó la huelga para presionar la solución de un pliego de nueve puntos. No era el primer conflicto laboral en la zona, pues desde 1918 se habían presentado ceses de trabajo, pero fueron parciales o de sectores específicos como los ferroviarios o portuarios dependientes de la multinacional.
El pliego de peticiones comenzaba con tres puntos que llamaban al cumplimiento de leyes colombianas sobre el seguro colectivo y obligatorio para los trabajadores, accidentes de trabajo y habitaciones higiénicas. Luego se exigía aumento salarial del 50 por ciento, cesación de los comisariatos y de préstamos por vales, pago semanal, contratación colectiva y establecimiento de más hospitales. Aunque sólo se exigía amoldarse a la escasa legislación laboral, la UFC se negó a negociar.
Muerte en Ciénaga
A instancias del general Carlos Cortés Vargas, trasladado a la zona como jefe militar al otro día de iniciada la huelga, la gerencia local de la UFC aceptó a medias los puntos de los vales y del pago semanal. El resto lo consideró "ilegal" o imposible de conceder. En esas condiciones el clima laboral se deterioró y los trabajadores realizaron mítines permanentes, bloqueos de la vía ferroviaria y saboteos a las líneas telegráficas. Como el conflicto no se resolvía decidieron concentrarse en Ciénaga, aunque dejaron piquetes de huelguistas por toda la zona.
En la noche del 5 de diciembre corrió el rumor de que el gobernador iría a entrevistarse con los trabajadores para buscar solución al paro, pero nunca llegó. Por su parte el gobierno central expidió el Decreto Legislativo No. 1 que declaraba el estado de sitio en la zona por turbación del orden público y designaba a Cortés Vargas jefe civil y militar de la misma. Éste, una vez recibió el esperado decreto se posesionó a la carrera y expidió a las 11 y media de la noche el decreto No. 1 que ordenaba disolver "toda reunión mayor de tres individuos" y amenazaba con disparar "sobre la multitud si fuera el caso". En consecuencia, a la 1 y media de la madrugada del 6 de diciembre formó a la tropa delante de los concentrados en Ciénaga. Luego de leer los respectivos decretos y de conminar a la multitud a retirarse, dio un plazo de cinco minutos que prolongó por uno más. Según Cortés Vargas "era menester cumplir la ley, y se cumplió". La masacre que siguió después es materia de disputa, así como lo que ocurrió en los días posteriores al hecho que prácticamente terminó con la huelga.
En efecto, el general Carlos Cortés Vargas, militar de carrera e historiador por afición, reconoció nueve muertos, ¡el mismo número de los puntos del pliego de petición! Explicó su decisión con dos argumentos, muy caros al espíritu militar: la preservación de la autoridad en una situación casi insurreccional y la represión de la huelga para anticipar un desembarco norteamericano. El primero fue, sin duda, el que más invocó tanto en una entrevista publicada pocos días después de la masacre, como en el libro que editaría a mediados de 1929. El segundo, que tuvo cierto fundamento como veremos luego, surgiría meses después como una disculpa de su decisión. Para el general, la huelga en la zona bananera era un acto subversivo propiciado por agitadores comunistas y anarquistas. En esto hacía eco del mismo pánico que sus superiores, el ministro de Guerra, Ignacio Rengifo, y el presidente Miguel Abadía Méndez, tenían ante cualquier protesta social. En esa dirección habían expedido el año anterior la Ley Heroica.
La descripción que hace Cortés Vargas insiste en multitudes que recorrían la zona arrasando con todo y amenazando las vidas de funcionarios colombianos y norteamericanos. Él veía comunistas por todos lados, tanto que terminó apresando al inspector del trabajo y al alcalde de Ciénaga por connivencia con los huelguistas. Pero lo que más le preocupaba era la eventual confraternización de las tropas costeñas con los trabajadores. Para salvar el principio de autoridad decidió actuar brutalmente para suprimir la huelga, en lo que fue respaldado por sus superiores.
Otras versiones
Por su parte, activistas sobrevivientes como Alberto Castrillón y Raúl E. Mahecha hablaron de cientos de víctimas desarmadas. También ellos tenían sus intereses en esta denuncia. Es sabido que el Partido Socialista Revolucionario, en el que militaban los dirigentes de la huelga, se inclinaba por una táctica insurreccional para acceder al poder. La huelga era un paso en esa dirección. Pero por las descripciones que hicieron otros sobrevivientes, la gente desbordó a sus líderes.
Algunos señalan que Mahecha, oliéndose lo que iba a suceder, intentó en vano disolver la concentración en Ciénaga. Sin duda, hubo actos violentos por parte de los huelguistas como el ocurrido el 6 de diciembre en la vecina Sevilla que dejó un militar muerto y otros tantos civiles. Incluso parece que a lo largo del conflicto algunos de los huelguistas estuvieron armados de machetes y viejas escopetas. Pero en la noche de la masacre en Ciénaga las balas no salieron de la multitud, como lo reconoció el mismo Cortés Vargas. En forma diciente El Espectador el 12 de diciembre publicó una larga entrevista con el general bajo el título: 'La primera descarga se hizo sobre una multitud obrera inerme y pacífica'.
A su vez, el joven político Jorge E. Gaitán eludió dar cifras precisas en la denuncia que presentó ante el Congreso meses después, pero acusó a los militares de hacer una acción premeditada en estado de embriaguez. Igualmente recogió el rumor que circulaba en la región de trenes cargados de muertos que fueron arrojados al mar. Gaitán también tenía intereses políticos, pero sus denuncias, exageradas en algunos puntos, no se pueden reducir a una simple oposición al gobierno, como perceptivamente le señaló el embajador norteamericano Jefferson Caffery. El punto de vista de este diplomático es también esclarecedor de las distintas versiones de los hechos. Apoyándose en fuentes de la compañía bananera, el embajador reportó primero 100 muertos, luego habló de una suma que oscilaba entre 500 y 600 y en un informe al Departamento de Estado de mediados de diciembre dijo que sobrepasaban los ´1.000. Queda la duda de si en efecto hubo tropas extranjeras cerca de Colombia -como ocurrió en Panamá en 1903-, y no se sabe hasta dónde hubieran llegado los estadounidenses en la defensa de sus 'intereses'.
En todos estos relatos la realidad ha sido moldeada por cada protagonista atendiendo a sus motivaciones. Es una forma de ficción, distinta, eso sí, de la literaria. No es lo mismo hablar de "masacre" que de "sucesos" de las bananeras, como asépticamente los designó Cortés Vargas. Pero los intereses políticos no han desaparecido con el paso de los años. Aún hay quienes quieren dejar estos eventos en el cajón del olvido. La masacre de las bananeras no era parte de la llamada 'historia oficial' que nos enseñaron a muchas generaciones de colombianos y que hoy, por fortuna, está cuestionada.
De no ser por el poder de la imaginación traducido en las caricaturas de Rendón, las denuncias de Gaitán, la escultura de Arenas Betancourt, las novelas de Alvaro Cepeda y de Gabo, los abundantes recuentos de los historiadores y, sobre todo, el recuerdo de los sobrevivientes, pudo pasar lo que ha ocurrido con otros hechos luctuosos de la historia reciente del país que se hunden en el manto del olvido y la impunidad. Para encarar cualquier proceso de paz en el país no se puede suprimir la memoria colectiva, comenzando por la masacre que se cometió el 6 de diciembre de 1928 en Ciénaga contra una "multitud inerme y pacífica". Esta memoria tiene algo de ficción, como todo relato histórico, pero no por ello es falsa.
* Ph.D. en historia y profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia
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"Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades
el sabio tolera todo y no dirá una palabra en contra de los demás"

EL REALISMO EN COLOMBIA

La novela realista es un pedazo de la vida, reflejada en un escrito por un corazón y una cabeza.
Tomás Carrasquilla
Anticípate:
¿Cómo distingues a una persona romántica de una realista?
¿Qué rasgos son propios de cada una? ¿Por qué?
Entabla una conversación con tus padres a partir de estos interrogantes.
Socilaización en clase.
Marco histórico:
Consulta sobre la primera y segunda guerra mundial ; la masacre de las bananeras; El bogotazo; El Frente Nacional, con el fin de participar en una mesa redonda.

Consultar las siguientes biografías: Eugenio Díaz, Tomás Carrasquilla, José Eustacio Rivera,José Antonio Osorio, Eduardo Zalamea Borda,Gabriel García Márquez, Alvaro Cepeda Samudio, Germaán Espinosa, Hector Rojas Herazo.
Con la biografía de estos autores se organizará un album.